A. DOMINGO | CARRIZO DE LA RIBERA 22/10/2015
Hopsteiner explicó ayer a los cultivadores de lúpulo su estrategia para los próximos tres años después de celebrar su primera junta general de accionistas tras adquirir el 80% de la Sociedad Anónima Española de Fomento del Lúpulo. La sociedad abandona su nombre fundacional y pasa a denominarse Hopsteiner España y se espera que en enero arranquen los trabajos para la introducción de variedades más competitivas en el valle del Órbigo. Un programa que concluye en 2018 y cuyo objetivo es que el sector obtenga 500 kilos de ácidos alfa —principal elemento que se obtiene de la planta para la fabricación de cerveza— por hectárea frente a los 250 que consigue en la actualidad.
Uno de los dos directores generales de Hospteiner en Europa, Pascal Piroué, y el ejecutivo de ventas Thomas Seton fueron los encargados de exponer a los miembros del Grupo de Cultivadores de Lúpulo —propietarios del 20% de la compañía—, la historia de una empresa que comenzó a trabajar en 1845 en Nueva York y hoy opera en desde el Reino Unido hasta Ucrania e incluso en China, pero, fundamentalmente, sus planes para su nueva división española.
La multinacional aportará su experiencia, conocimientos técnicos, laboratorios y variedades para conseguir el éxito del tándem que forma ahora con los cultivadores leoneses. En esta nueva etapa, la multinacional mantiene a José Antonio Magadán, anterior director técnico, como administrador único de la sociedad y encarga a gente de su confianza las áreas de soporte agronómico, que dirigirá Martin Schatt-Pchimaier; investigación y desarrollo, que dirigirá Alexander Feiner; y calidad, departamento que deja en manos de Martin Bienal.
Hospteiner España concretará hasta finales de año su programa de actuación y ya en la próxima primavera se iniciarán los ensayos con distintas variedades —traídas principalmente de Estados Unidos y elegidas en función de la industria cervecera española— en varios puntos representativos de la zona de cultivo. La cosecha del 2017 servirá para evaluar los resultados desde el punto de vista agronómico, así como por el aroma y sus componentes químicos. Tras la siguiente campaña se decidirá qué variedades se cultivarán.
Piroué y Seton explicaron que Hopsteiner controla el proceso desde el cultivo hasta la venta a la industria cervecera y señalaron que su sociedad con los lupuleros leoneses tiene como objetivo conseguir el «beneficio mutuo».
La renovada empresa mantendrá hoy una reunión con el director general de Producción Agropecuaria e infraestructuras Agrarias, Jorge Llorente, con el fin de solicitar la colaboración de la Junta en los cambios tecnológicos que precisa el sector.
Además de la experiencia y la tecnología, Hopsteiner incorpora la antigua Fomento del Lúpulo a «una estructura empresarial mayor, con expertos y mayores conocimientos en analítica».
Otro aspecto que se abordará a partir de enero es el contrato que regulará las condiciones de compra-venta de la producción entre los lupuleros y Hopsteiner España. La empresa necesita conocer mejor las condiciones de los cultivadores y los términos del anterior.