Los contratos firmados con las multinacionales lupuleras —«en especial con Hopsteiner, que ya prueba diez nuevas variedades en León»— y la modernización de las explotaciones que se prepara ahora llevan a Lúpulos de León, SAT a esperar un crecimiento de la producción «cuatro o cinco veces» superior a la actual, que se sitúa en torno al millón de kilos. Sin embargo, los cultivadores —la SAT aglutina a más de 250, con 540 hectáreas de cultivo— entiende que, además de ganar en cantidad y extensión, «lo más importante es incrementar la rentabilidad por hectárea», según expusieron el presidente de Lúpulos de León, Isidoro Alonso, y el asesor jurídico de la SAT, Carlos González-Antón.
La Diputación y sociedad agraria firmaron ayer el convenio por el que la institución provincial financia el estudio para detectar las necesidades de modernización de las explotaciones lupuleras leonesas —de las que sale el 99% de la producción nacional de ácidos alfa, necesarios para elaborar cerveza—.
Cinco variedades
El presidente provincial, Juan Martínez Majo, destacó la importancia del cultivo «para la comarca del Órbigo, la provincia y España» y destacó que la ayuda que la entidad aporta ha permitido crear un grupo de trabajo con siete investigadores de la Universidad de León, que realizará un estudio pormenorizado de las explotaciones, con el fin de determinar sus necesidades de modernización, rentabilidad, capacidad inversora y posibilidades de desarrollo. La Diputación aporta el 91% del coste de un estudio que definirá el modelo de modernización del sector y cuyos resultados se esperan para finales de este año, aunque ya se han programado para el otoño cursos para los cultivadores. Majo recordó que el lúpulo es «un recurso endógeno, propio de una comarca y con capacidad de desarrollo para la zona», por lo que encaja perfectamente en las actividades económicas que el equipo de Majo desea potenciar. El convenio contempla el estudio de cinco variedades, al margen de los ensayos que desarrolla la multinacional Hopsteiner.
El presidente de los lupuleros, Isidoro Alonso, destacó la capacidad de crear riqueza y fijar población de este cultivo, que llegó a ocupar 1.700 hectáreas en la provincia, desde el Órbigo al Esla. También destacó el estudio de biotratamientos para combatir las enfermedades de la planta y que gracias al convenio aflorarán investigaciones sobre el lúpulo que desarrollaron científicos de la ULE «y han quedado ocultos».
EDITORIAL
Un ambicioso plan para revitalizar el cultivo del lúpulo
Ampliar la superficie de cultivo, mejorar los rendimientos e incorporar nuevas variedades es el objeto del estudio encargado a la Escuela Técnica y Superior de Ingeniería Agraria de la ULE por parte de la Diputación en el marco del convenio con la sociedad agraria Lúpulos de León para explorar nuevas posibilidades del cultivo en la provincia a partir de un ambicioso plan de modernización. Productor del 99% del lúpulo nacional, el sector se había quedado anclado al pasado: apenas 250 cultivadores, 520 hectáreas de las 1.700 que llegó a ocupar, fundamentalmente en la ribera del Órbigo, y en torno a un millón de kilos de producción anual cuya comercialización se canalizaba, por la vía del monopolio, a través de la SAE del Lúpulo.
La ruptura de esa situación por la compra en otoño pasado por parte de Hopsteiner del 80% de la sociedad —el 20% restante sigue siendo de los lupuleros— abre nuevos horizontes para el sector, como ahora evidencia la noticia adelantada ayer por este periódico sobre la venta del 10% de la producción al gigante Joh Barth.
Y es que el de la comercialización es un asunto clave, porque por un lado el sector no tendrá grandes posibilidades de evolución si no logra introducirse en los mercados internacionales para vender excedentes del millón de kilos contratados y, por otro, tampoco lo conseguirá si no diversifica la oferta varietal —la idea es introducir otras cinco a sumar a las diez actuales— y se acomoda a las nuevas exigencias de un mercado cervecero en continuo crecimiento y que genera grandes expectativas.
Entre los propósitos también se incluye el aumento de la superficie de cultivo y la incorporación al sector de nuevos agricultores, pero no es esta una cuestión tan importante como la modernización de las explotaciones y la mejora de los rendimientos. Y, sobre todo y a partir de la I+D, alcanzar una situación de competencia desde la más alta calidad. Sólo desde esa posición se conseguirá ese objetivo último de revitalización de un sector estratégico y clave para el desarrollo económico de la provincia.
LA MADRE DE TODOS LOS ESTUDIOS
El presidente de Lúpulos de León espera que los cambios en el cultivo se produzcan con cierta rapidez, al amparo de la estabilidad que proporcionan a los cultivadores los contratos firmados desde que Hopsteiner adquirió el 80% del accionariado de la antigua SAE Fomento del Lúpulo, en especial por la mejora del precio al productor. El proyecto de I+D que financia la Diputación será la base del cambio en las explotaciones, a tenor del trabajo que ya se desarrolla, con una amplia encuesta en las explotaciones para conocer la realidad de cada una y sus posibilidades. «Es el proyecto cero, en el que se basará el desarrollo de los siguientes». El sector se configura como puerta de entrada de los jóvenes en la agricultura, ya que no precisa de grandes extensiones de terreno para que la explotación resulte rentable. Además, «la formación académica de los nuevos lupuleros, que, por lo general, han aprendido el oficio de los padres, da al sector una nueva visión», señalaron desde la SAT.