La Virgen del Villar apagó ayer su sed en la Feria del Lúpulo y la Cerveza, que no por ser su madre, el Creador le libró de rigores como el calor del verano y otros bastante más duros. Ayer, el presidente de la Diputación, Juan Martínez-Majo, pregonero de la muestra en Carrizo y oriundo de la comarca, anunció que la romería en honor de la patrona orbiguesa cuenta ya con el dictamen de la comisión correspondiente para su declaración como Fiesta de Interés Turístico Provincial.
Centrándose en su pregón, Majo —al que presentó el alcalde, Julio Seoánez— elevó el lúpulo a la categoría de símbolo de una comarca, junto con la trucha y el ajo «y otras bondades que surgen de la combinación perfecta de río y tierra, de agua y campo». Cultivo con capital en Carrizo de la Ribera «que ha sido nuestro ‘oro verde’, verdadero motor económico y social de los pueblos, incluido el mío, de esta querida comarca». El presidente provincial recordó el convenio firmado esta semana con Lúpulos de León, SAT para que el sector se modernice, crezca en producción y abra nuevos mercados.
Martínez Majo recordó que las oportunidades que se abren ahora al lúpulo «se lo debemos a nuestros mayores», a los jóvenes que recogieron su testigo y apostó porque las generaciones venideras también tendrán un futuro en la planta trepadora que da gusto a la cerveza, bebida en la que, por obligación, terminó el presidente —también tuvo ocasión de disfrutarla—.
Majo concibe la cerveza como «auténtico placer», cuya multitud de variedades tiene en común «la posibilidad de compartirlas entre amigos». «Siempre encontraremos una cerveza para cada ocasión, cada propuesta gastronómica o social».
Alimento «incorporado a la pirámide de nutrición saludable para adultos en España», con «beneficios para la salud», porque rubia, tostada o negra «es la bebida de la moderación, que no entiende de edades ni de clases sociales». De ahí que su consumo en España ronde «los 80 litros por persona al año», con crecimiento «durante y después de la crisis».
No faltó en el discurso la referencia a las pequeñas cerveceras artesanales, «interesante movimiento» al que no es ajeno la provincia, «que ha contribuido a dinamizar la industria del sector y la economía de distintos puntos geográficos».
En su loa, Majo no olvidó que la cerveza «es símbolo de conversación, de tertulia, de exaltación de la amistad y de unión. Un reclamo que nos lleva a reunirnos en las grandes ocasiones, como es el caso de hoy —ayer para el lector—, con motivo de la apertura de la undécima Feria de la Cerveza de Carrizo de la Ribera».
El recinto ferial acoge medio centenar de expositores y el programa ofrece actividades para todas las edades.